Pascua 2022

LA PASCUA

 

¡Ya llega la Pascua¡

 

     En la noche de la Pascua celebramos que el Señor viene. No celebramos una conmemoración histórica, algo que pasó y que hacemos memoria de ello; es algo presente, real, que pasa en esa noche.

     Según la tradición de la Iglesia se espera que la segunda venida de Jesucristo sea en una noche de Pascua. ¡Ojalá que cuando venga nos encuentre escuchando su Palabra y nos lleve al cielo¡

     Yo llevo celebrando esta Vigilia desde niña, con mis padres y con el paso de los años con mis hijos y también con mis nietos. Una noche única en nuestras vidas. Una noche especial, de espera en la resurrección de Jesucristo.

     Esta es la madre de todas las Vigilias de la vida de la iglesia, que nos lleva a lo más íntimo de nuestro ser cristiano.

     La Pascua tiene una cita con la Historia; en la Palabra, que no pasa desapercibida hoy entre nosotros.

     En el principio, en medio del caos, en la noche, todo estaba en oscuridad y Dios crea la luz; de las tinieblas a la luz, ¡es la Pascua¡.

     En otra noche se da una nueva creación: “la Fe sobre la tierra”. Dios envía la Fe al hombre para que pase de la incredulidad, de la idolatría, a la Fe.

Dios hace una promesa a Abraham, “ponte en camino y mira las estrellas del cielo”. «Te daré una descendencia más numerosa que las estrellas del cielo». Abraham inicia el camino y camina detrás de un Dios que le habla y que no le pone a su servicio, a su conveniencia, sino que le sigue.

     Dios pone a prueba a Abraham y le dice que sacrifique al hijo de la promesa, a Isaac. Sube al monte Moria con sus siervos, el asno, la leña y les dice: «Esperarnos ahí y volveremos».  ¿Cómo sabe que volverán?. Su fe pone de manifiesto que ama a Dios con todo su corazón y no duda de su amor. Cuando su hijo Isaac le pregunta: «Padre, tenemos el cuchillo y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el sacrificio?». Abraham le responde: «Dios proveerá».

En el monte Dios provee, Isaac no muere, provee un cordero para el sacrificio pero Jesucristo morirá por nosotros para darnos la vida, lo celebramos en la Vigilia Pascual.

     De Abraham, sale un pueblo numeroso; el pueblo de Israel.

     Dios interviene en la historia y llama a Moisés para salvar a su pueblo de la esclavitud.

El pueblo de Israel permanece esclavo en Egipto durante más de 400 años. Este pueblo conducido por Moisés, en una noche, sale rápido, aprisa, llevándose el pan sin fermentar, un pan ázimo. Salen tras la muerte de los primogénitos en Egipto.

     En esa noche celebraban la Pascua, comieron un cordero y con su sangre rociaron las jambas de las puertas para que la muerte saltará y fueran salvados, como nosotros. ¡Oh muerte¡ ¿Dónde esta tu victoria?

     Ante el pueblo de Israel, en el desierto, se abre el mar, símbolo de la muerte, caminan por en medio y se cierra ante el ejercito del Faraón que les persigue.  Allí los enemigos quedan sepultados, como todos nuestros pecados en las aguas del Bautismo.

     Las familias descendientes de este pueblo realizan en una noche de abril, el Séder de Pésaj, un ritual en el que comen un pan sin levadura en memoria de la salida con prisa de Egipto y realizan una Bendición con una copa de vino de donde posteriormente saldrá nuestro cáliz de la Eucaristía.

     Dios hizo una alianza con su pueblo, les promete una tierra, una tierra nueva de la que mana leche y miel. Dios abrió un camino en medio de la noche y en este ritual pasa en medio de su pueblo, en medio de nosotros.

     Jesucristo en la Pascua, sella una alianza con su sangre, derrama su sangre por nosotros para que vivamos, para purificar nuestros pecados. Quiere quitarnos la levadura vieja, la malicia, la hipocresía…nuestros pecados.

     Vivir la Vigilia Pascual implica prepararse, ayunar, convertirse, volverse a Jesucristo, vivir en la Humildad, vivir en la verdad.

     Jesucristo está vivo y quiere que el hombre vaya al cielo, quiere unirse a ti, que renuncies a Satanás, que vivas una noche única, una noche Santa.

     ¡Oh feliz culpa, que mereció tan grande redentor!

     Es la noche en la que se trasmite la fe a los hijos, se hace memoria de lo que Dios ha provisto en tu vida, se hace memoria de la salida de Egipto.

     Yo solo pido que en esta Pascua, pase el Señor de la vida entre nosotros, que se abra camino.

     ¿Por qué buscáis entre los muertos a Cristo?, está vivo. ¡HA RESUCITADO!