Invitación a la Cuaresma
¿Qué es la Cuaresma?
Yo a mis chicos de catequesis les digo que la Cuaresma son los 40 días en los que Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado y así llegar a la Pascua.
Pero, ¿Qué tiene que ver todo esto con nuestras vidas?, la de los más pequeños y la de los mayores.
La Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza con un signo. El sacerdote pone la ceniza sobre nuestra cabeza y nos dice: “Conviértete y cree en el Evangelio”.
Convertirse es cambiar, es ir por una dirección diferente a la que ibas, es volverse a Dios y en este tiempo llegar a la Pascua.
En el Evangelio de uno de estos domingos, Jesús les decía a sus discípulos:
“Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?…….”.
(Lc 6, 27-34)
Hablando de este mensaje en catequesis decían: un niño en misa dijo que su enemigo era el brócoli; otro decía que por qué va a amar a alguien que quiere su mal.
Alguno incluso decía que podía poner la otra mejilla, pero si te roban… ¿también tienes que dar más? Y si prestas algo, ¿no tienes que esperar a que te lo devuelvan?.
Para los chicos y también para mí este mensaje no entra dentro de nuestro razonamiento, de nuestros planes y más en este mundo en el que vivimos.
Los mensajes que recibimos son diferentes al de Jesús, si te pegan, tu dale más; si te insultan o hablan mal de ti, maldice; si te roban, pon una denuncia…etc
Jesús nos trae un mensaje novedoso, una BUENA NOTICIA…y si haces esto serás feliz, serás Hijo de Dios, que es compasivo, que no condena, que perdona, que no juzga.
La Cuaresma nos ayuda a que este anuncio se pueda cumplir en nuestra vida, somos tentados como Jesús en el desierto.
En el desierto no hay nada, estas solo, Dios y tú.
Tres tentaciones se le presentan a Jesús en el desierto. Después de cuarenta días al final sintió hambre y ante la tentación del pan la respuesta fue: “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Ante el sufrimiento, descubres lo que tienes realmente en el corazón; el ayuno en este tiempo, me prepara para ello, combatiendo con la privación en el cuerpo.
En la segunda tentación, el diablo le presenta el poder y la gloria de los reinos del mundo y su respuesta fue: “Al Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto”. Yo puedo creerme que mi vida la he hecho yo sola, con mis estudios, mi inteligencia… La iglesia me enseña a que necesito de Dios, la humildad que no tengo, que todo me viene de él. Por eso es tan importante la oración en mi vida para descubrir la grandeza de Dios.
En la tercera tentación el diablo le presenta la duda de si es o no Hijo de Dios y Jesús contesta: “No tentarás al Señor tu Dios”. Muchas veces puedo pensar que, si me porto bien, la vida me tiene que ir bien, el trabajo, la familia, mis hijos…e intento comerciar con Dios. La limosna me ayuda a vencer esta tentación.
Tenemos el ayuno, la oración y la limosna para ver si realmente queremos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas. El Shema del pueblo de Israel.
Iniciamos este itinerario hasta mirar a Cristo resucitado que nos está amando y nos da su Espíritu.
Mercedes U.