Invitación al Adviento

¿Qué es el adviento?

Adviento significa “venida”. Es el tiempo en el que se inicia el año litúrgico, las 4 semanas antes del nacimiento de Jesús. Cuando vamos a la celebración de la Eucaristía hay signos que nos ayudan en cada momento del año. El sacerdote lleva una casulla de color diferente en cada tiempo litúrgico, en el Adviento se viste de morado para mostrarnos la preparación a la venida de Jesús, la vigilia y la penitencia.

Dios envía a su Hijo único a salvarnos, es nuestro Padre y nos quiere, y no nos deja solos en nuestro caminar de cada día. Jesús hoy, también viene a salvarnos. Podemos preguntarnos ¿de qué? De nuestros pecados, de lo que nos hace sufrir cada día y nos quita la alegría, de tantas cosas que nos dan miedo, la enfermedad, el quedarte sin trabajo, sin dinero, la soledad… Viene a estar cerca de ti.

San Juan BautistaEste tiempo es muy importante para nosotros los cristianos. Es un tiempo de oración, de entrar en nuestro interior, vivimos en un mundo lleno de cosas y de ruido, de distracciones, en el que no nos paramos porque nos metemos en la rueda de cada día, en todo lo que tenemos que hacer, el colegio, los niños, el trabajo, la compra y muchas cosas más. En el adviento hay que pararse, Jesús quiere vivir dentro de nosotros, llama a la puerta para entrar en tu corazón y puede entrar o no, si le oyes y le dejas.

Recibiremos un Anuncio, como el de la Virgen María, que dijo “si”, un sí sin condiciones ni reservas, sin anticiparse en qué pasará, en qué va a cambiar mis proyectos. Este Anuncio puede cambiar nuestra vida, la forma de vivirla, de mirar al otro… Es un tiempo de desprenderte, de compartir con el que nos necesita, de reconciliarte.

¿Qué puedo compartir yo? Mi dinero, mi tiempo, mi casa, lo que sea… no te reserves nada. Es el tiempo de allanad sus sendas, que los montes y las colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale.

En el Adviento colocamos una Corona de Adviento y encendemos una vela cada semana. El uso de la corona y las velas durante el Adviento es una antigua tradición católica que fue adoptada originalmente por los cristianos en la Edad Media como parte de su preparación espiritual para la Navidad.

Corona de Adviento 2021La corona y las velas están llenas de simbolismo vinculado a la temporada navideña. La corona en sí, que está hecha de varios árboles de hoja perenne, significa vida continua. Las ramas verdes simbolizan, por su color, la esperanza que debemos tener en la venida del Señor. El círculo de la corona, que no tiene principio ni fin, simboliza la eternidad de Dios, la inmortalidad del alma y la vida eterna que encontramos en Cristo.

Incluso los árboles de hoja perenne individuales que componen la corona tienen sus propios significados que se pueden adaptar a nuestra fe. El laurel significa victoria sobre la persecución y el sufrimiento. El pino, el acebo y el tejo significan inmortalidad y el cedro significa fuerza y curación. Las piñas que decoran la corona simbolizan la vida y la resurrección. La corona en su conjunto está destinada a recordarnos tanto la inmortalidad de nuestras almas como la promesa de Dios de vida eterna para nosotros a través de Cristo.

Las cuatro velas, encendidas una a una cada domingo de Adviento, simbolizan la luz de la fe, que se llena de alegría con la llegada del Señor. Los colores de las velas hacen referencia a los colores litúrgicos:

  • Morado: simboliza el espíritu de vigilia de este tiempo… «estad preparados».
  • Verde: simboliza la esperanza. A veces se le llama la “Vela de la Profecía” en memoria de los profetas, especialmente de Isaías, quienes predijeron el nacimiento de Cristo.
  • Rosa: simboliza la alegría por la cercanía del nacimiento de Jesucristo.
  • Blanco: es el color de la presencia de Dios.

He encontrado un texto de San Carlos Borromeo en una Carta Pastoral que escribe sobre el Adviento y que nos puede ayudar:

“Ha llegado, amadísimos hermanos, aquel tiempo tan importante y solemne, que, como dice el Espíritu Santo, es tiempo favorable, día de la salvación, de la paz y de la reconciliación; el tiempo que tan ardientemente desearon los patriarcas y profetas y que fue objeto de tantos suspiros y anhelos; el tiempo que Simeón vio lleno de alegría, que la Iglesia celebra solemnemente y que también nosotros debemos vivir en todo momento con fervor, alabando y dando gracias al Padre eterno por la misericordia que en este misterio nos ha manifestado.

San Carlos Borromeo

El Padre, por su inmenso amor hacia nosotros, pecadores, nos envió a su Hijo único, para librarnos de la tiranía y del poder del demonio, invitarnos al cielo e introducirnos en lo más profundo de los misterios de su reino, manifestarnos la verdad, enseñarnos la honestidad de costumbres, comunicarnos el germen de las virtudes, enriquecernos con los tesoros de su gracia y hacernos sus hijos adoptivos y herederos de la vida eterna.

La Iglesia celebra cada año el misterio de este amor tan grande hacia nosotros, exhortándonos a tenerlo siempre presente. A la vez nos enseña que la venida de Cristo no sólo aprovechó a los que vivían en el tiempo del Salvador, sino que su eficacia continúa, y aún hoy se nos comunica si queremos recibir, mediante la fe y los sacramentos, la gracia que él nos prometió, y si ordenamos nuestra conducta conforme a sus mandamientos.

La Iglesia desea vivamente hacernos comprender que, así como Cristo vino una vez al mundo en la carne, de la misma manera está dispuesto a volver en cualquier momento, para habitar espiritualmente en nuestra alma con la abundancia de sus gracias, si nosotros, por nuestra parte, quitamos todo obstáculo.

Por eso, durante este tiempo, la Iglesia, como madre amantísima y celosísima de nuestra salvación, nos enseña, a través de himnos, cánticos y otras palabras del Espíritu Santo y de diversos ritos, a recibir convenientemente y con un corazón agradecido este beneficio tan grande, a enriquecernos con su fruto y a preparar nuestra alma para la venida de nuestro Señor Jesucristo con tanta solicitud como si hubiera él de venir nuevamente al mundo. No de otra manera nos lo enseñaron con sus palabras y ejemplos los patriarcas del antiguo Testamento para que en ello los imitáramos.”

Preparémonos para que esta Navidad sea diferente.

Mercedes U.